de seudónimos y ocultamientos.
Alguna vez,
vestiré ante tí la máscara social
más noble que me han inventado.
Y te daré la mano convincente.
Y recitaré mi nombre inscripto en la legalidad.
Pero nada más ridículo,
que pretender que hoy me represente
una convención heredada en un papel gastado.
Pretendo conocernos en letras de sentido.
Nos diferencian los modos
y desacuerdan las opiniones.
No voy a levantar banderas.
No voy a edificar un muro más
entre nosotros, pronunciando
un sello que no he elegido.
No voy a sumar soledad,
sencillamente,
a la distancia que define nuestra humanidad.
Exijo
que me veas como soy
como quiero que me veas
en este universo inhóspito.
Ya habrá fiesta de máscaras. Creemos nuestras propias reglas.
Hoy, es preciso.
No es el momento de ocultarnos tras un nombre.